martes, 14 de febrero de 2012

En esta vida, cuando nacemos, ya vamos encarrilados por un camino, en el que nos guían nuestros padres. Y lo seguimos poco a poco. Crecemos y vamos averiguando el sabor que tiene la vida. Sin darnos cuenta, vamos a la escuela, conocemos a gente como a nosotros, en el que solo distinguimos si es rubio, si es morena, no jugamos con sentimientos. Nos da igual con quien juntarnos, somos felices hasta con cualquier juguete que haya abandonado por la calle. Pero cuando vas haciéndote mayor, te das cuenta de que el camino que sigues, no es tan bonito como el de años atrás, tienes que esforzarte, las sumas y las restas te parecen algo complicado, cuando llegas a las multiplicaciones tienes ganas de tirar la toalla. Empiezan las discusiones entre amigas, dejas de ir con unas, vas con otras, pero no importa nada, eres feliz. Sigues creciendo y vas dándote cuenta que la cosa se complica, el camino que seguías se llena de demasiados obstáculos y quizá te dan ganas de irte por otro lado. Yo hasta entonces, hasta hoy en dia, he ido por mi camino, en el que ha aparecido gente de distinto tipo, he tenido mejores amigos como también grandes enemigos. He superado obstáculos uno a uno, he caído 2830 veces, y algunas me han ayudado a levantarme y otras, se que quiero y voy a levantarme sola. Porque ya soy lo suficientemente fuerte para hacerlo. Ahora mismo, tengo claros mis objetivos y propuestas en la vida, si, hasta que mañana quizá cambien. Tengo claro, que unos vienen y otros se van. Que los que creías que estarían toda la vida también pueden desaparecer, esfumarse. Pero la vida sigue, y yo estoy cansada de mirar atrás, de perderme entre los recuerdos. Si hoy estoy en el suelo, dentro de un rato, me levantaré, y encima más fuerte de lo que hoy en día ya soy tras tantas caídas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario